Mañana salimos de Tailandia

Después de extender el período legal de estancia en Tailandia nos hemos quedado en Chiang Mai unos cuantos días más, así que hemos estado por aquí más de una semana. Esta ciudad es barata y mola, pero vamos a movernos hacia Laos y ver qué se cuece por allí.

Se supone que Laos está bastante menos desarrollado que Tailandia y supongo que eso se tiene que notar en diferentes aspectos como por ejemplo la forma de moverse por el país. De hecho, mañana pondremos rumbo a Luang Prabang, la antígua capital de Indochina, pero vamos por carretera sólo hasta poco más de la frontera entre Tailandia y Laos. Desde ahí, la intención es utilizar uno de los medios de trasporte más usados tradicionalmente en el país: El río Mekong. La idea es pillar un barco en Houei Xai y seguir el curso del río durante unos dos días hasta encontrarnos con Luang Prabang.

El río serpentea por la selva y se extiende más de 4.300 kilómetros siendo la mejor o la única via de acceso a los pueblachos de la zona. Suena dabuti lo de navegar por un río que viene desde el Tibet y desemboca en Vietnam. ¡Peazo río! Pero aún no lo he visto en vivo, así que ya contaré qué tal el trayecto.

De momento voy a subir unas cuantas fotos más de las acumuladas a ver si pongo esto al día. Pero no sin antes subir una foto en concreto que hice el otro día en honor a un gran colega, una foto que es sencillamente un símbolo de apoyo y respeto hacia su forma de ver las cosas. Una foto que secunda un acto poético planteado en su fabuloso blog "La Piedra Dada", en este artículo: "Entregas al Mundo (la piedra de ida y vuelta)".

Salí de Chiang Mai hacia el noroeste con Esther en una moto alquilada y nos encontramos con una reserva natural cuyo nombre no recuerdo, pero que consideramos un lugar guapo para estar en ese momento, así que vimos el atardecer tumbados en una especie de cabaña de caña que estaba levantada sobre el agua justo a las orillas de un lago. Había unas cuantas de estas cabañas en línea y se me ocurrió que tal vez se utilizaran para pescar.

Paz y belleza en las tranquilas aguas, en sus reflejos y luces, y en los bosques de alrededor. El lago me sugirió hacer un brindis con un colega y me acordé de Carlos y del artículo mencionado, así que con esta foto levanto mi copa y digo: ¡Por tí Carlitus! ¡por la piedra y por el entorno!

Cheers!!!

Como digo, esta foto es sencillamente simbólica. No pretende mostrar el entorno ni una composición visual pensada mucho más allá de lo que es: una especie de brindis a distancia. Sin contexto, alguien podría pensar que iba a tirar la piedra al agua. Pues no, la dejé en el lugar que estaba, al lado de la orilla.